Por: Víctor Araújo
@araujo_vic
Los filósofos griegos definían el amor como las
pasiones y como características típicas del alma. Hoy en día el amor se asume
como un sentimiento propio del ser humano que le permite prevenir la extinción
de la especie, pero ¿realmente es eso? ¿Cómo podemos controlarlo?
Casi todos tenemos el amor demasiado
idealizado. Es el sentimiento puro, universal, eterno e irracional que supera
cualquier barrera u obstáculo de manera sobrenatural. El amor es tener una
pareja estable, formar una familia, etc. Este amor de carácter romántico es
típico de la cultura occidental y de esta época en particular.
Autor Caras Ionut Vía www.bancodeimagenesgratis.com |
El amor no nace por generación espontanea. El
amor como tal está asociado a distintos neurotransmisores y sistemas de
recompensa, los cuales son centros específicos del sistema nervioso central.
Cuando uno está enamorado existen regiones del cerebro que cobran una
importancia especial. Una en particular recibe el nombre de recompensa cerebral
mesoaccumbens lo que permite ejercer una función ejecutiva que hace a los
animales dirigir su comportamiento selectivo hacia la pareja adecuada. Esto
está presente en todos los mamíferos y motiva conductas para la sobrevivencia y
la reproducción.
Es decir, que hay un grupo de neuronas, que
reciben el nombre de dopaminérgicas localizadas en el tallo cerebral, que
generan en el cerebro esas sensaciones de placer, excitación, atención y
motivación para perseguir y obtener recompensas.
Sé que suena un poco enredado, pero así
funciona el amor, neurobiológicamente hablando. Ahora, en nuestro organismo
tenemos algo llamado el núcleo caudado y juega un rol importante en el amor
pues ocupa un papel en la recompensa, la detección y la expectativa, la
representación de las metas lo que motiva a la acción y es por esto que el ser
amado se presenta como algo único y novedoso. Y la plaga de mariposas en el
estómago se la debemos única y exclusivamente al sistema límbico.
Cuando uno busca pareja inicialmente está
movido por el deseo, por eso la gente dice que “el amor entra por los ojos” y
la función evolutiva de ese deseo es motivar a las personas a tener sexo. Es
decir, que todo aquel que dice no esperar sexo, sobre todo entre los veinte
años, está mintiendo.
Y es que usted puede que sea infiel y no sea su
culpa (me estoy refiriendo a los XY). Los hombres que producen más testosterona
son menos propensos a casarse y tienen altas posibilidades de divorciarse luego
de estar casados ¿por qué? Por problemas de su relación marital y la
testosterona.
Lamento informarle a todos los cupidos que
andan por ahí que el aumento de energía, la euforia, la concentración así como
la motivación inquebrantable, el insomnio, la pérdida de apetito, el temblor,
la taquicardia, ansiedad y el miedo son resultado de una concentración elevada
de dopamina y no de una flecha.
Si usted quiere saber si en realidad su
relación va a durar toda la vida, basta con perdurar más de tres años con su
pareja para que su organismo le exija los niveles de dopamina que su pareja
genera en su organismo. Y la famosa “tusa” o “despecho” son el resultado de no
haber encontrado a una persona que genere más o iguales cantidades de dopamina
en usted que su antiguo conyugue.
Yo pensaba que para sentirme mejor, luego de
una separación, debía comer mucho chocolate porque activaba ciertos
neurotransmisores que me pondrían feliz. La verdad es otra. La anandamina es un
compuesto del chocolate y la palabra significa “dicha”. Esta sustancia es un
neurotransmisor y actúa sobre las mismas zonas cerebrales que el THC, el
componente activo del cannabis. Pero para conseguir el mismo efecto de fumarse
un porro haría falta comerse unos 25 kilos de chocolate.
Entonces si, el amor si es una droga y funciona como tal. Cuando se
termina una relación uno pasa por los síndromes de abstinencia y tolerancia
resultados típicos luego de generar una dependencia y una adicción. A raíz de
esto, algunas personas que tienen malas rupturas amorosas, crean problemas como
el Trastorno Obesivo Compulsivo. El amor no mata, pero engorda.
No obstante el amor es, y
seguirá siendo "un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de los amantes; ¿qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva" William Shakespeare
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