lunes, 11 de junio de 2012

La vuelta al mundo en...(Europa, primera parte)

Por: Víctor Araújo
@Araujo_Vic



Vía: www.bancodeimagenesgratis.com



Cuando Julio Verne escribió “La vuelta al mundo en 80 días” jamás se imaginó lo complejo que sería tal hazaña.  El mundo se ha vuelto un lugar muy diferente desde la mitad del siglo XIX hasta estos tiempos. Seguramente el caballero inglés Phileas Fogg no hubiera apostado con sus amigos y gastado la mitad de su fortuna si supiera del mundo tan raro en el que vivimos.

Yo apoyo la rebeldía, con causa, aunque la conjugación de ambas cosas pueda llegar a ser contradictoria. Hoy apoyaré la ilegalidad y así como el inglés, haré una vuelta al mundo, en 80 segundos, lo que seguramente le tomará en promedio leer el siguiente artículo.

Empezaré mi recorrido en Alemania. Donde construiré una oficina donde no se pueda ver el cielo, ni siquiera “un poco” para atentar contra sus leyes. Iré a trabajar en bicicleta, con el jean recogido a las rodillas portando una máscara y aguardaré varios minutos esperando a que algún policía me detenga por mi hazaña. Antes que los Alemanes se den cuenta de la cantidad de veces que violé sus leyes pasaré por Francia.

Autor: John Miranda
Vía: www.bancodeimagenesgratis.com
Me subiré al ferrocarril y besaré una hermosa francesa hasta llegar a mi siguiente parada dónde varios policías del tren tratarán de aplacar tal momento romántico. Compraré un cerdo y le pondré por nombre Napoleón y emigraremos a Dinamarca.

Estando en Dinamarca cometeré un crimen menor que me de una condena de unas cuantas horas. Intentaré escaparme cuantas veces sea posible, pues en Dinamarca no es ilegal intentar escaparse de prisión. Cuando cumpla mi condena iré a un restaurante y pediré un vaso con agua, lo pediré con hielo y esperaré a que se derrita ¿por qué? Porque en Dinamarca los restaurantes no pueden cobrarte un vaso con agua a menos que vaya acompañado con hielo, limón u otras cosas. Pelearé con el dueño del local y le insistiré que me sirvieron un vaso regular de agua y por tanto no me lo pueden cobrar. Indignado porque finalmente pagué la deuda pasaré por Suecia.

Autor: John Miranda
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En Suecia solicitaré un servicio de “acompañamientos” y luego llamaré a la policía. A mi no me harán nada porque no es ilegal pedir un servicio de prostitución, pero la prostitución como tal si es un delito. Y antes de irme pintaré y repintaré mi casa de tantos colores que el gobierno me mandará a buscar por no pedir los permisos respectivos. Y mientras en Suiza políticos y pimps piden alguna recompensa por mi cabeza, volaré a Suiza. 
En Suiza me multaran tanto por dejar las llaves en mi carro que será insostenible pagar tal deuda. Me cambiaré el nombre y me iré a Noruega.

Estando en Noruega sería bueno ir al lago Ness y tratar de castrar al monstruo del lago Ness.  Aparentemente lo único que no puede ser castrado por ley son los perros.  Cosa que me parecerá discriminatoria y fuera de este mundo y tomaré cualquier transporte hasta Finlandia.

En Finlandia seré taxista. Hay que pagar los viajes con algo. Ofreceré un servicio clandestino de “taxi musical”. Haré toda una mafia entorno a colocar música mientras se transporta a los pasajeros y me daré a conocer como “Big V”, alías que me hubiera gustado tener en caso de haber sido un capo. Pero tendré que irme por el crecimiento del negocio y de nuevos capos. Me trasladaré a un país gris y oscuro, me iré a Inglaterra.

Autor: John Miranda
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En Inglaterra me volveré loco y colgaré mi cama en la ventana de mi departamento hasta que alguien anuncie a las autoridades mis crímenes. Me emborracharé y ahogare glorias pasadas con una vaca (lo cual, sólo para recordar, también es prohibido, beber con una vaca). Y cuando los ingleses se harten de mi comportamiento vedado buscaré una pareja homosexual y leeré un libro mientras tienen relaciones lo que suscitara (espero) alarma nacional para que finalmente me boten de esas tierras a lo que buscaré refugiarme en Irlanda.

Estando en Irlanda buscaré a un Cork y lo perseguiré con un arco y una flecha un domingo para que sólo así me persiga la policía y a lo mejor me deporten a América, el continente que me vio nacer. 

2 comentarios:

  1. Excelente publicación, la narración envuelve la indignación por parte de la naturalidad y esencia del ser humano al ser rechazadas ciertas conductas y aptitudes que por la sociedad son mal vistas o simplemente no se encuentra estipulado como una conducta normal. Como escuché una vez, el pueblo no debería temer al gobierno; es el gobierno es el que debe temer al publo.

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    1. Hoy en día existen leyes para todos, unas más ridículas que otras, y algunas que parecen ser absolutas para evitar cualquier tipo de caos. Lo importante no es ir por la vida destruyendo países (como se expone en el artículo), lo importante es tener un campo de acción nuevo que no debe ser regido tanto por leyes sino por la moral. No se trata de pelear contra políticos, líderes y dirigentes, se trata, como tu muy bien lo expones, en hacer que ellos piensen un poco más en nosotros y que nosotros aprendamos a movernos en un margen de legalidad sin siquiera pretender ser parte del sistema.

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