jueves, 14 de junio de 2012

La vuelta al mundo en... (II parte, resto del mundo)


Por: Víctor Araújo
@Araujo_Vic

Deportado en América estaré en varios países. La misión: ser uno de los más buscados por la Interpol.

Si Ud. no ha leído la primera parte, le sugiero que lo haga antes de seguir leyendo, pero como ud. Puede querer ser tan rebelde como yo mientras escribo, siéntase en la libertad de seguir leyendo sin ninguna precaución ¿será delito, en algún lugar del mundo, leer la segunda parte de un artículo antes que la primera?

Vía www.bancodeimagenesgratis.com
Iniciaré mi recorrido en América en Canadá. Lo primero que haré es viajar a la vereda del Banco en Ottawa donde comeré helado sin ningún tipo de precaución mientras camino por las calles. Montaré una escuela de brujería en Alberta por lo que me condenarán. Cuando cumpla mi pena pediré un arma con balas, un caballo y huiré de la ciudad como la ley estipula que tengo derecho.

No sé cómo, pero llegaré a Guam a reinventar mi vida. Ahí me mantendré firme a las leyes. Buscaré un empleo bajo toda la normatividad y me convertiré en un desvirgador profesional. Me pagaran por ir de pueblo en pueblo por hacer mi trabajo y me haré a un buen nombre en ese sector económico. Todo por que en Guam las mujeres no pueden casarse vírgenes para lo cual requerirán de mi variado portafolio de servicios.

Me aburriré, como todos, de la monotonía de mi trabajo e intentaré probar suerte en tierras lejanas. Me iré a Australia. Con el mismo caballo que me dieron en Canadá, iré de bar en bar y de vez en cuando a un restaurante para que alimente gratuitamente a mi percherón (o eso espero, que me hayan dado un percherón).  Me dedicaré a ser un electricista cambiando los bombillos de todos aquellos que por no contar con mi certificado de electricista, están impedidos a cambiar su propio bombillo fundido. Los fines de semana me pondré pomada negra para zapatos en la cara y caminaré fingiendo que no pasa nada.
Cansado del occidentalismo y donde aparentemente es bueno esconderse de las autoridades internacionales, me perderé en oriente. Si Osama se escapó tanto tiempo ¿por qué yo no?

Estando en el Líbano haré marchas y protestas públicas, promulgando que las personas que así lo deseen, puedan tener relaciones sexuales con un animal macho y no sean condenadas a la muerte.  Seguramente muchos me tildarán de loco y fuera de contexto así que tomaré rumbo a Indonesia.

Vía www.bancodeimagenesgratis.com
 Allá seguiré con mi labor de protesta, pero en este caso a todo aquel que decida masturbarse. Trataré de impregnarme del Islam y mejorar la ley de decapitación por masturbación. Si le tienen que cortar algo mejor que sea la mano y no la cabeza. Ante intentos fallidos me iré a una sociedad “socialmente” conocida como de inteligentes, me iré a China.

Estando en China me casaré. Cuidadosamente le seré infiel a mi mujer y si me descubre la denunciaré en caso de no intentar matarme con sus propias manos. De los juzgados saldré impune e intentaré rehacer mi vida. Aplicaré a todo tipo de Universidades exclamando en mis ensayos que soy inteligente y por eso deben aceptarme. Al probar que no soy tan inteligente como creo y me rechacen en todos los centros educativos buscaré mejor suerte en Israel.

Residiendo en Israel no me importará meterme el dedo en la nariz los sábados por lo cual me multaran y cuando las cosas aparentemente no podrían ponerse más raras e ilegales llevaré un oso a la playa y le daré  el día de su vida. Aunque eso acarree mi expulsión del país, no me importará pues sabré que Tailandia me ofrecerá mejores oportunidades.

Estando en Tailandia no consumiré chicles pensando en lo descuidado que soy cuando los arrojo al piso. Con esta actitud evitaré una multa de 600 dólares que seguramente no tendré para pagar, impidiendo un problema mayor para que no me tengan que encarcelar por eso.

Autor Balaikin
vía www.bancodeimagenesgratis.com
Siempre pensaré que la tentación está presente en Tailandia y me mudaré a Singapur donde ni siquiera es permitida la venta de la golosina.  Armaré un garaje clandestino de reproducción de películas porno y solo ofreceré, en un bar que tendré como fachada, el sexo oral como entretenimiento para evitar cualquier altercado con las autoridades. Desesperado por comer chicle me iré a Bahreim.

Allá me dedicaré a conocer médicos, específicamente Ginecólogos. En toda reunión posible me burlaré de ellos por tener que realizar exámenes a sus pacientes a través de un espejo por no poder mirar los genitales de manera directa. Y pasaré mi vejez con tranquilidad sabiendo que estoy en un lugar tan recóndito en el que jamás seré encontrado.

Y me lamentaré de viejo pensando el por qué no me quedé en Colombia. Donde un delito extraño parece ser el tener restricciones para sacar el carro ciertos días de la semana.




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